El blanqueamiento dental forma parte de los tratamientos habituales en las clínicas dentales. Hay que tener en cuenta una serie de indicaciones y cuidados sin olvidar que no se debe caer en la obsesión de tener los dientes cada vez más blancos, una patología conocida como blancorexia.
¿Cual es el material utilizado para el blanqueamiento?
- Peróxido de hidrógeno (en concentraciones entre el 0,1 y el 12%).
- Peróxido de carbamida (entre el 16 y 32%).
Estas dos moléculas son las más utilizadas y en ambos casos el oxígeno que desprenden es el que blanquea el diente.
La legislación española establece que:
- Una concentración igual o menor a 0,1% de peróxido de hidrógeno presente en los distintos productos bucales de venta directa al consumidor se considera segura.
- Una concentración entre el 0,1 y el 6% y superiores al 6% de peróxido de hidrógeno es segura siempre y cuando se realice un examen clínico previo que garantice que no haya riesgos ni patologías bucales; que la venta quede restringida exclusivamente a los dentistas y bajo su supervisión directa; y que no se utilice en menores de 18 años.
Riesgos de un mal uso
Sin el control de un dentista, utilizar un producto blanqueante de una concentración superior al 0,1% puede conllevar riesgos, el principal la quemadura.
El componente central de los peróxidos es el agua oxigenada que quema los pigmentos del diente. Su mal uso puede quemar los tejidos blandos y provocar daños irreversibles en la estructura del diente, sobre todo en su vitalidad, además de el dolor que puede causar.
Procedimiento del blanqueamiento dental
Antes de hacer el tratamiento es necesario un control odontológico para determinar la ausencia de caries, patologías periodontales o cualquier otra afección bucodental ya que, de lo contrario, los efectos pueden ser perjudiciales. Además, es conveniente realizar una limpieza dental.
La técnica de blanqueamiento dental más empleada en la consulta del dentista es la mixta: con una fase en la clínica y otra en casa.
La sesión en la clínica dental dura unos 30 minutos aproximadamente. Se protegen los tejidos blandos peribucales, se coloca al paciente un gel de peróxido en boca y a continuación se aplica el peróxido de hidrógeno o carbamida.. Con una lámpara de luz fría se potencia el efecto de la exposición acortando el tiempo.
La segunda fase continúa en casa con la aplicación del gel blanqueador mediante unas férulas durante varias horas al día a lo largo de unos cuantos días, según los casos y recomendaciones del dentista.
El efecto secundario más habitual y pasajero es la hipersensibilidad en los dientes.
Un blanqueamiento dental profesional precisa de un mantenimiento una vez al año.
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